Lectura en Frances > El Tesoro Más Grande del Mundo

"El tesoro más grande del mundo" es un hermoso cuento infantil, que nos narra la historia de un muchacho llamado Pedro, que se aventura en una búsqueda de un tesoro valioso. Este pequeño texto puede ayudarnos a mejorar nuestras habilidades del idioma francés.

Poder leer y escuchar la pronunciación en el idioma francés es algo complicado para los principiantes de este idioma, por lo que este relato pretende ayudarnos a agudizar nuestro oído y entender ciertas palabras en francés.

Nota: La versión completa de la lectura con vídeo añadido y otras lecturas es posible encontrarlas dentro una aplicación móvil, si deseas saber más deberías visitar este enlace:

BookBox French.


Le plus beau des trésors.
El tesoro más grande del mundo.

Un jour, Peter tomba sur une carte au trésor. « Chouette ! Je vais trouver ce trésor ! A moi, l’aventure ! » s’exclama-t-il.

Peter se mit en route. Après avoir marché bien longtemps, il arriva enfin à une forêt. Là, il rencontra un lion. « Tu es fort et courageux », dit Peter au lion. « Veux-tu m’accompagner dans ma chasse au trésor ? » Le lion acquiesça et rejoignit Peter.

La forêt était dense et sombre. Peter était inquiet mais grâce au lion, il arriva sain et sauf de l’autre côté.

Quand les deux amis rejoignirent le flanc de la montagne, ils rencontrèrent un aigle. « Ta vue est excellente. Elle nous préviendra des dangers, » dit Peter à l’aigle. « Veux-tu nous accompagner ? Nous sommes en quête d’un trésor. » L’aigle acquiesça et rejoignit Peter et le lion.

Les montagnes étaient hautes et escarpées. Le lion glissa mais Peter fut assez rapide pour lui tendre la main et le hisser hors de danger.

L’aigle avec sa vue perçante veillait à chacun de leurs pas.
Bientôt ils arrivèrent dans la vallée en contrebas et rencontrèrent un mouton. « Veux-tu nous accompagner dans notre chasse au trésor ? » demanda Peter au mouton. « Tu nous protègeras du froid. » Le mouton acquiesça et rejoignit Peter, le lion et l’aigle.

Un vent glacial balaya l’interminable prairie. Ils se serrèrent tous contre le mouton qui les garda bien au chaud.

Les quatre amis arrivèrent finalement à un désert où ils rencontrèrent un chameau. « On t’appelle le vaisseau du desert, » dit Peter au chameau. « Veux-tu nous aider à le traverser et nous accompagner dans notre chasse au trésor ? » Le chameau acquiesça. Peter, le lion et le mouton montèrent sur le chameau et se mirent joyeusement en route à travers l’immensité du désert, pendant que l’aigle planait au dessus d’eux.

Le chameau commença à galoper et tous poussaient des cris d’excitation. Traverser le désert à dos de chameau était tout à fait exaltant.

Les cinq amis arrivèrent enfin à l’océan où ils rencontrèrent une tortue. « Peux-tu nous aider à traverser l’eau, » demanda Peter à la tortue. « Nous sommes en quête d’un trésor. » La tortue acquiesça et rejoignit Peter, le lion, l’aigle, le mouton et le chameau.

Les fortes vagues emportèrent presque tout le groupe mais la tortue arriva avec agilité à les guider vers la rive.

Là, ils rencontrèrent un hibou. Le hibou plein de sagesse les complimenta. « Félicitations, vous avez trouvé le trésor ». « Où est-il? », s’exclamèrent-ils tous surpris.

« Ensemble, vous avez traversé la forêt, escaladé les montagnes, vous êtes aventurés dans la vallée, bravé le désert et traversé l’océan. Vous n’y seriez pas arrivés sans les uns et les autres. »

Ils se regardèrent tous et comprirent que le hibou avait raison.

Ils avaient trouvé l’amitié ! Et c’était assurément le plus beau des trésors !
Un día Pedro encontró el mapa de un tesoro. “!Uau! ¡Voy a lanzarme a la aventura y encontraré este tesoro!” exclamó.

Pedro se puso en camino. Anduvo durante mucho tiempo y finalmente llegó a un bosque. Allí se encontró con León. “Eres fuerte y valiente”, le dijo Pedro a León. “¿Vienes conmigo a buscar un tesoro?” El león aceptó y se fue con Pedro.

El bosque era denso y oscuro. Pedro tenía miedo. Pero con el León a su lado, consiguieron cruzarlo.

Cuando por fin llegaron a la montaña, se encontraron con un Aguila. “Tu tienes una excelente vista y nos puedes alertar del peligro”, le dijo Pedro a Águila. “¿Vienes con nosotros? Estamos buscando un tesoro.” El águila aceptó y se
unió a Pedro y el león.

Las montañas eran altas y rocosas. El león resbalaba, pero Pedro era lo suficientemente hábil para ayudarle a levantarse.

El águila con su aguda visión vigilaba cada uno de sus pasos. Pronto llegaron al valle donde se encontraron con una oveja “¿Te unes a nosotros en nuestra búsqueda del tesoro?” Pedro preguntó a la oveja, “¿Y nos abrigarás cuando hará frío?” La oveja aceptó y se unió a Pedro, el león y el águila.

Un viento frío barría los inmensos campos. Todos se acurrucaban en la oveja, que les mantenía agradablemente
calentitos.

Los cuatro llegaron al desierto donde se encontraron con un camello. “Eres el mejor transporte para el desierto”, le dijo Pedro a Camello, “¿nos ayudarías a cruzarlo y te unirías a la búsqueda del tesoro?” El camello aceptó. Pedro, el león y la oveja montaron al camello y partieron contentos a cruzar el vasto desierto con el águila disfrutando el espectáculo desde arriba.

El camello comenzó a galopar y todos le animaban alegremente. ¡Atravesar el desierto a lomos de un camello era muy emocionante!

Por fin los cinco llegaron al océano, donde encontraron a una tortuga. “¿Nos puedes ayudar a cruzar el mar?” Pedro le preguntó a la tortuga. “Estamos buscando un tesoro”. La tortuga aceptó y se unió a Pedro, el león, el águila, la oveja y el camello.

Las agitadas olas casi les hundían, pero la tortuga hábilmente las atravesaba.

En la otra orilla se encontraron con una lechuza que les habló con su sabiduría ancestral. “Felicidades, habéis encontrado el tesoro.” “¿Dónde está?” exclamaron sorprendidos.

“Juntos habéis cruzado el bosque, escalado montañas, atravesaron el valle, desafiaron el desierto y cruzaron el océano. Jamás lo habríais conseguido sin tenerse el uno al otro.”

Se miraron los unos a los otros y entendieron que la lechuza tenía razón!

¡Habían encontrado la amistad! ¡De hecho, habían encontrado el tesoro más grande del mundo!

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